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Tuesday, September 25, 2007

El caso de los monopolios

Es sorprendente con qué convencimiento (real o fingido, nunca me queda claro), quienes atacan el concepto de libre mercado esgrimen toda clase de argumentos, intentando demostrar cómo bajo un marco jurídico de libre mercado pueden surgir los monopolios y el dominio absoluto de ciertas empresas y la imposición de su voluntad.

Esta clase de discusiones la he tenido en muchas ocasiones en distintos ámbitos. En cada caso, sigue exactamente el mismo camino, el mismo patrón. Y en particular la discusión que me lleva a escribir este post es la que se está (o se estaba) desarrollando dos post anteriores.

En el mencionado post, un participante inició la discusión presentándome ejemplos de cómo se logra un monopolio en condiciones de libre mercado. Del medio ambiente pasamos a los transgénicos. De los transgénicos a Monsanto, y de Monsanto al problema de los monopolios. Obviamente, el caso Microsoft tuvo que salir, como sale siempre.

El patrón es el siguiente, y es como dije, el mismo patrón que se da en todas las discusiones de este tipo:

a) se presenta un ejemplo A de cómo se ha alcanzado un monopolio en condiciones de un marco jurídico de libre mercado.

Las respuestas posibles son las siguientes, de acuerdo al caso particular:

b1) Es falsa la premisa del marco jurídico del libre mercado. Es decir, muchos de los casos que se presentan, surgen de una legislación que viola los principios jurídicos del libre mercado, o del acuerdo explícito de empresas, gremios y sindicatos con el estado, incluso violando principios nominalmente vigentes (aunque no en la práctica, si se violan). Con esto resulta falsa la demostración para la gran mayoría de los casos.

b2) Es falsa la premisa de monopolio. En muchas ocasiones se insiste en la existencia de prácticas monopólicas aún cuando la empresa lo único que hace es ofrecer un producto masivamente elegido por los consumidores en presencia de competencia. Una empresa no ejerce un monopolio sólamente porque los consumidores lo eligen masivamente. Si hablamos de prácticas monopólicas de forma consistente, debemos partir de la idea de que algo así se origina en acciones unilaterales tomadas por la empresa en cuestión, no de la elección de los consumidores. Si los consumidores eligen masivamente a una empresa, por algo es. Interferir en este proceso es limitar la capacidad de elección de los consumidores, no aplicar leyes antimonopolio.

b3) Existe otro caso en el que no existe competencia, pero sí existe un marco jurídico que la permite. Muchos denominan a este caso, monopolio natural, lo que conduce a confusiones. Sin embargo, acá nuevamente nos enfrentamos a un problema similar al anterior: no existen prácticas monopólicas. Lo que existe es una situación en la que nadie toma la actitud de ofrecer competencia. O simplemente porque estamos hablando de algún producto nuevo. No son condiciones impuestas por la empresa denominada monopólica. Y por más que se quiera considerarlo monopolio, en este caso la aplicación de leyes antimonopolio no soluciona nada: no aumenta la oferta, no hace que se ofrezcan productos nuevos, no hace que se mejore el producto, no incrementa la competencia. Tan sólo se dividió la anterior empresa en dos o más partes. Si antes la oferta y los productos ofrecidos eran los que daban más ganancia a la empresa original, la misma oferta y los productos ofrecidos son los que dan las mayores ganancias a las empresas derivadas de su división.

c) frente a la imposibilidad de demostrar la existencia de un monopolio en un marco jurídico de libre mercado, se opta por seguir dando más y más ejemplos, que siempre terminan en alguno de los tres casos referidos.

Pero tal vez la mayor contradicción de todas es que la mayor parte de los que acusan de supuesto monopolio a muchas empresas privadas, son generalmente los primeros defensores de los monopolios públicos.

Otro artículo referido al tema de los monopolios, en este mismo blog:

Los monopolios públicos y las regulaciones en el sector energético: un mal endémico de las sociedades de hoy.

3 comments:

  1. En realidad, en un marco de libre-mercado absoluto, la existencia de un monopolio sería lo ideal. ¿Por qué? Simplemente porque significaría que ese monopolio está en manos de la mejor empresa, elegida por los propios consumidores.

    Lo realmente importante es que el mercado esté abierto a la competencia. No que la competencia exista concretamente.

    Por otra parte, y paso a la visión schumpeteriana, el monopolio transitorio es la forma de asegurarle al innovador ganacias superiores a la media. Esto es necesario porque toda innovación implica un riesgo alto. Si no existiera un premio elevado por el éxito, no habría impulso para innovar. Y, al fin de cuentas, el desarrollo social proviene siempre de las innovaciones.

    Microsoft es un caso evidente de monopolio innovador. Hoy, resulta clarísimo que el negocio de los sistemas operativos es increible. Pero en 1975 eso no era evidnete. Tomaron un riesgo y les salió bien. Y encima, colateralemente elevaron la productividad de la economía mundial a niveles increibles.

    Saludos!

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  2. Muy de acuerdo contigo, destructor, aunque con algunos matices en lo que decís en el primer párrafo:

    «En realidad, en un marco de libre-mercado absoluto, la existencia de un monopolio sería lo ideal. ¿Por qué? Simplemente porque significaría que ese monopolio está en manos de la mejor empresa, elegida por los propios consumidores.»

    Primero, yo no lo llamaría monopolio. Dado que el mercado está abierto a la competencia, a lo más lo llamaría falso monopolio, para distinguirlo de los verdaderos monopolios, ya que económicamente hablando ambas formas de "monopolio" tienen efectos completamente diferentes en el mercado. Más vale llamar en forma distinta a cosas que son conceptualmente diferentes, y tienen causas y efectos muy diferentes. Porque sino se corre el riesgo de pensarlos, como muchos hacen, como cosas similares, y obtienen conclusiones equivocadas.

    Pero bueno, eso es un tema a lo más terminológico.

    El otro tema es que eso de "la mejor empresa" no puede considerarse como algo objetivo. No tiene sentido. Para mí estaría tan bien que en un libre mercado absoluto exista una sola empresa, o que exista más de una.

    En el primer caso, simplemente, como decís, es porque la totalidad de los consumidores encuentran que la empresa en cuestión satisface totalmente sus expectativas. Pero el segundo caso no es diferente. Si en un libre mercado absoluto hay más de una empresa compitiendo en un área dada en forma estable, es porque distintos consumidores tienen distintos conceptos sobre lo que necesitan.

    Es lo mismo. El hecho de que sea una sola empresa la que satisfaga plenamente a los consumidores no cambia nada. No aporta ninguna ventaja adicional. Ambos casos pueden perfectamente significar la plena satisfacción de los consumidores.

    Por otro lado, es realmente dificil que se dé un caso de una sola empresa estable en un mundo tan cambiante y con visiones tan diversas. El caso que describís de monopolio natural (para mí, falso monopolio) implica una homogeneidad para mí totalmente irreal.

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  3. Lobo, es evidente que cuando se habla de monopolios siempre se toma el concepto teórico, porque en la realidad nunca se da un ejemplo tan contundente.

    Cuando dije "la mejor empresa", simplemente hago referencia a que si el monopolio surge a partir de la libre comentencia, es porque se logró por ofrecer la mejor calidad al mejor precio (en términos subjetivos, por supuesto). Ni más, ni menos. Quizás me expresé mal.

    ¿Cuándo hablé de un monopolio natural? Me perdí esa parte...

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