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Monday, February 12, 2007

El dios estado, o "la mano invisible del estado"

Cada vez que debato sobre el problema de liberalismo vs. intervencionismo, inevitablemente los argumentos que se manejan a favor del intervencionismo contienen implícitamente las mismas ideas de fondo:



- El estado es un ser superior, con una claridad infinita.



- Los que manejan al estado son seres humanos infalibles, a diferencia del resto, que son personas tontas que necesitan que alguien les diga qué hacer. En caso contrario, sólo harían desastres. Pero si es así, entonces a la hora de votar también serían tontos, y por lo tanto, nunca podrían ser gobernados por quienes realmente les conviene.



- El mercado no puede resolver los problemas por sí mismo. La base de esta idea es la creencia en un ente llamado mercado que actúa por voluntad propia. Adam Smith acuñó la expresión "la mano invisible del mercado" en un sentido metafórico. Los intervencionistas lo tomaron literalmente, y son los primeros creyentes en el Dios Mercado, o "la mano invisible del mercado". La realidad es que el mercado no soluciona nada. Quienes solucionan los problemas son los seres humanos. Y cuanto más libertades les quites, menos espacio tienen para solucionarlos. El mercado es sólo una palabra para denominar el complejísimo conjunto de relaciones de intercambio que se establecen entre los individuos. Pero algunos tienen la tendencia a reificar ciertos conceptos, sobre todo si les conviene hacerlo para favorecer sus argumentos.



Por eso yo cuando utilizo la palabra mercado, nunca le atribuyo voluntad propia. Ni siquiera implícitamente. Nunca analizo los problemas económicos en términos del mercado, sino en términos de la acción humana individual, como buen austríaco que soy.



Lo mismo deberían hacer los intervencionistas, y darle muerte a su Dios Estado, para concebir al estado como lo que es: el monopolio del uso de la fuerza y el derecho a cobrar impuestos, manejado por seres humanos tan humanos como cualquier otro, y que incluso no se manejan con información del mercado, no manejan recursos propios, generalmente ni siquiera tienen con quién competir, y si las cosas van mal hechan mano de los impuestos, es decir, le roban dinero a la sociedad, para tapar los agujeros. Todo reunido, determina que su acción siempre es mucho más ineficiente para cualquier objetivo, que la acción guiada por el interés privado.

18 comments:

  1. La realidad es que los intervencionistas no creen que el estado sea Dios, sino que ellos lo son. El Estado (es decir, el monopolio de los medios políticos o de la violencia) es el intermediario que desean utilizar para imponer su voluntad. SU voluntad.

    Es SU necesidad de sentirse superiores lo que los lleva a ser estatistas: saben que sin Estado no son nada más que otro individuo más, igual a los restantes. Y eso es una herida mortal para SU egolatría (no confundir con egoísmo).

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  2. Yo diría que son las dos cosas. Tu comentario es una muy buena caracterización de la psicología de la mayor parte (o la totalidad) de los intervencionistas. Pero para argumentar sus ideas, necesitan rodear al estado de un aura de infalibilidad y deidad. En caso contrario nunca podrían justificar que los seres humanos que manejan al estado tengan mayor claridad y visión que los que no lo manejan.

    Y lo peor es que la realidad les demuestra lo contrario, pero no se dan cuenta.

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  3. Dudo mucho que crean en la infalibilidad del Estado. Me parece que creen más en su propia infalibilidad.

    Por ese motivo es que en todos los régimenes estatistas/colectivistas, el líder se hace eregir estatuas inmensas y retratos de tamaño descomunal.

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  4. Totalmente de acuerdo con Destructor: en el estatista hay un sentimiento de inferoridad y falta de confianza en sus propias posibilidades para salir adelante.

    Lobogrís: Estuve leyendo bastante a fondo tu blog en los últimos días y la verdad que está bárbaro y tenés una claridad envidiable. En un toque te agrego en mis links. Dale pa'delante con esto.

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  5. Insisto en que se dan las dos cosas juntas. Muchos tienen fe ciega en la infalibilidad del estado(esta idea está contenida en la de la planificación centralizada) y otros simplemente necesitan al estado para imponer su visión del mundo a los demás. Pero el caso general es que se dan las dos cosas juntas.

    Pienso que la primera es una forma de racionalizar la segunda, de mostrar hacia afuera ese totalitarismo, pero en forma de argumentos racionales (ojo que racionales no significan verdaderos o válidos)

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  6. Ama-gi. Bienvenido a mi blog. Se agradecen tus comentarios :)

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  7. Lobo, ¿Puede confiarse en algo que no existe? Despues de todo, el Estado es un concepto inventado para darle un barniz de legitimidad a los robos.

    El Estado es la excusa, nunca el fondo de la cuestión... Pero ya entramos en un tema que exige un desarrollo mayor.

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  8. Me acabo de enterar en otro blog que el Capitalismo fue creado por los cavernícolas. Y acá tienen una fascinante discusión sobre el perfil psicológico del estatista.

    Ultimamente estoy observando un aumento de la oferta de de blogs con propuestas liberales. Les pregunto a Uds que saben: cuales creen que pueden llegar a ser las consecuencias si la oferta llega a superar la demanda? Afectará la calidad? Bajará el precio?

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  9. Destructor,

    ¿Puede confiarse en algo que no existe?

    Más bien. Existe algo llamado fé. :P

    Candelaria,

    Eso de que el capitalismo fue inventado por los cavernícolas me parece cosa de usted, qué quiere que le diga.

    Lo que yo le puedo decir es que el capitalismo existe prácticamente desde que se comenzó a complejizar la división social del trabajo en ciertas civilizaciones (fenicios, griegos, romanos, judios, etc). Y se fue potencializando con el incremento de las vias comerciales mundiales (el proceso de globalización existe desde hace al menos 2500 años, sino más)

    Es una creación espontánea, que nace sin ninguna clase de imposición. Nace del intercambio más o menos libre, y de la aparición de las primeras manifestaciones de la propiedad privada.

    Sobre el tema de la oferta y la demanda de blogs liberales, creo que distamos mucho de que la oferta supere a la demanda. No se preocupe que por el momento no va a pasar.

    Pero es bueno que note el aumento de la oferta. Es para tener miedo, no?

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  10. Lobogris,

    yo no se nada de nada. En serio lo leí en otro blog, el del Analista Aficionado que vos tenés en tus links . Lo escribió un señor de nombre gracioso.

    Miedo a la proliferación de blogs liberales? Sin duda es "una señal de algo", pero no veo por qué te parece que habría que tener miedo.

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  11. Dije lo de miedo en forma de chiste. Lo que pasa que no sé desde qué perspectiva hablás.

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  12. Desde la perspectiva de los que no saben nada. Lo mio es la búsqueda de la verdad, Lobogris.

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  13. Lobo, el Estado es como Dios. La gente común tiene fe en él, pero siempre que alguien lo interprete previamente.

    La gente, generalizando, cree lo que el Papa le dice que hay que creer (voluntaria o coercitivamente). Si bien la excusa es Dios, en la práctica el infalible terminando siendo el Papa.

    No se si me explico.

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  14. Y si. Y hay que poner en evidencia a los predicadores. Ese es nuestro trabajo.

    Pero como decía Zarathustra, no para que nos sigan a nosotros. No nos convirtamos en predicadores nosotros también.

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  15. Lástima que Zaratustra terminó siendo el Papa.

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  16. Al contrario, siempre mantuvo su individualismo antirrebaño. A sus propios discípulos les decía que no lo siguieran más y sigan su camino.

    Se separaba de ellos.

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  17. Yo creo que la izquierda en realidad es una forma conservatismo, de amor por el orden planeado. La izquierda ve el mercado, y lo ve como un desorden, como un caos, alguien tiene que intervenir, pero quien? Ah, ahi esta el Estado. Solo es cuestion de que nosotros (la izquierda) o sea los "buenos" lo tengamos bajo nuestro control y pondremos orden al mercado decidiendo como repartir la torta, decidiendo quien puede trabajar,etc

    Saludos libertarios,
    Carlos

    http://liberalcolombiano.blogspot.com

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  18. Es que la izquierda (y la derecha también, no hay que olvidarse, pero fundamentalmente la izquierda) no ve que en el mercado libre no deja de haber planificación.

    La única diferencia es que en un caso la planificación es descentralizada, y en el segundo caso, es centralizada.

    En el primer caso, cada plan compite con los demás, y cada consumidor puede elegir el que más le convenga.

    De esta manera, sobreviven los planes más eficientes.

    En el segundo caso, estamos obligados a aceptar un único plan, el de los burócratas.

    Además, con un único plan, no existe cálculo económico posible para determinar la eficiencia de dicho plan.

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