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Monday, October 19, 2009

Por qué no votar la anulación de la ley de caducidad

La razón es sencilla. Porque para asegurar que nunca más mediante un plebiscito se sancione una ley que establezca la caducidad de los crímenes de estado, primero, no se puede legitimar una herramienta para hacerlo, y segundo, porque si no se anula mediante un plebiscito, se forzaría el camino jurídico para la declaración de inconstitucionalidad de la ley, como ya empezó a hacerse en estos días. Este es el mecanismo más adecuado para descartar leyes que consienten los crímenes de estado o cualquier otra ley que en general viole los derechos de los individuos.

Esto último además sentaría el precedente de contrapeso jurídico a la ley de las mayorías que tanto daño hace a las sociedades, que tanta división genera, sobre todo cuando se la instituye con poder absoluto, como en el Uruguay. Sería además un paso importante para instituir una suprema corte que participe más activamente en su función contra los abusos de los otros dos poderes. Y todo esto le convendría a todos, porque si un día alguien cree que sale perdiendo porque la suprema corte invalida una ley o decreto que le beneficia a costa del perjuicio de otros y que haya sido votada o legitimada con una mayoría, saldrá ganando en cambio cuando el poder lo detenten opiniones opuestas que a su vez pretendan imponer condiciones perjudiciales a la minoría a la que ese alguien pertenece, y encontrará en el poder jurídico una defensa contra ese avasallamiento.

Lamentablemente el votante uruguayo, y en general el votante latinoamericano, piensa de otra manera. Piensa en términos de mayorías, en términos de dominar las voluntades de los que piensan diferente, para someterlos a la opinión propia. Así que no espero mucho de él. Lo veo todo el tiempo en los simpatizantes de todos los partidos políticos, y lo veo sobre todo en los simpatizantes de un gobierno que ha contado con la mayoría parlamentaria absoluta como hace mucho tiempo ninguno contaba. El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente, decía Lord Acton. Y no solo a los gobernantes con poderes absolutos, sino también a sus simpatizantes, que justifican con fanatismo todas las acciones de sus líderes en el gobierno sin importar su medida. Pues corrupción no significa sólamente cometer delitos previstos en el código penal, sino también usar el poder para legalizar procedimientos que violan los derechos de las minorías o los invididuos particulares, estableciendo desigualdades legales.

Todos iguales ante la ley. Eso es lo que todos queremos, ¿no? ¿o es sólo un slogan para usar contra los enemigos de turno? ¿O dictadura es sólo cuando quien detenta el poder absoluto es el enemigo político? Yo no soy republicano, pero antes que vivir en una sociedad donde manda el más fuerte, prefiero hacerlo en una república. Y Uruguay dista mucho de ser una.

Y para que lo sea se necesita ponerle límites a la ley de las mayorías, ley capaz de avasallar lo que sea y sancionar engendros jurídicos y morales como la caducidad de los crímenes de estado, entre muchos otros lastres de esta sociedad, que se fueron pergeniando e institucionalizando durante la mayor parte de los casi dos siglos de historia de este país, incluyendo a este último gobierno, que se vanagloria de haber llegado para cambiar las cosas.

En resumen, me parece bien que se anule la ley de caducidad. Pero me parece mejor aún que no se anule, y que la suprema corte declare la inaplicabilidad de la ley para cada caso cada vez que el demandante así lo requiera (que va a ser siempre). De esta forma, se eliminan dos pájaros de un tiro: la ley de caducidad (no anulada, pero sin efecto práctico) y la supremacía absoluta del mecanismo que la promulgó: la ley de mayorías.

6 comments:

  1. pero de todas formas votes a favor de la anulación o no, estás votando en el prebiscito, te estás pronunciando, de una forma u otra, no logras tu objetivo de no legitimar el mecanismo, al no votar a favor de la anulación estas legitimando que se mantenga la ley por medio de plebiscito.... ¿cómo zafamos?

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  2. sebas, se deslegitima el mecanismo en el momento en que la suprema corte se pronuncia contra una ley sancionada por él. No estoy legitimando que se mantenga la ley por medio del plebiscito, porque la ley va a ser declara inconstitucional por la suprema corte.

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  3. Para decidir el voto, habría que ponerse en la hipótesis de una sociedad libertaria (aunque obvio que no fue el caso) en la que grupos minúsculos quieren imponer por la fuerza un régimen totalitario. ¿cúal sería la respuesta adecuada, de "agencias defensivas" y de la "ciudadanía armada" en defensa de su libertad?

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  4. Que tal, flavio,

    ¿por qué habría que ponerse en la hipótesis de una sociedad libertaria? no entendí.

    Mis argumentos son sobre un problema en un sistema que pretende ser republicano, con argumentos jurídicos. La idea es desintitucionalidad el valor absoluto de la ley de mayorías mediante un mecanismo que se le oponga, en este caso la corte suprema en defensa de las libertades individuales.

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  5. El problema es bastante complejo. El aparato estatal comete abusos de poder, pero no por ello deja de haber una agresión de la otra parte.
    A su vez la agresión privada es asistida y fogoneada por estados extranjeros.
    El factor tiempo juega un papel crucial, por eso se suele establecer la prescripción en las legislaciones. Juzgar sobre hechos no recientes si no de años,se presta para falsos testigos y falsos arrepentidos y venganzas ideológicas y una "industria del juicio". Lo mejor es poner un manto de olvido.
    La necesidad de ser más severos con los crimenes de estado, no supera la dificultad práctica del factor tiempo y su relación con las pruebas.

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  6. Bueno, en cuanto a lo de las venganzas ideológicas, estoy de acuerdo contigo. Al menos desde la mayor parte de los que votan por la anulación de la ley. Ese sería en todo caso otra razón para no votar la anulación de la ley.

    En cuanto al resto, pues todo queda para la justicia. El tema de la falta de pruebas, falsos testigos, falsos arrepentidos, etc, por cualquier otro factor que no sea el tiempo, no me parece que difiera del día a día de los procesos judiciales. El factor tiempo no cambia nada de eso.

    Otra cosa es, por supuesto, que el sistema judicial esté corrompido.

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