Pages

Sunday, July 04, 2010

Protección del medio ambiente, consumismo e infrastructura pública en una sociedad sin estado

Este artículo empecé a escribirlo para exponer tan sólo el problema medioambiental, pero necesariamente tuve que ir más allá y extenderme cada vez más, ya que hay muchos fenómenos interrelacionados.

Ántes de leer, tómese un tiempo para ver este video.



Este video presenta unas cuántas verdades. Pero también ciertas falacias explícitas e implícitas, omnipresentes en todo fundamento a favor del estado y de la necesidad de su existencia, entre otras cosas, para proteger el medio ambiente. De hecho, los defensores del estado también fundamentan la necesidad de su existencia manejando argumentos exactamente opuestos en otras ocasiones.

Consideremos por ejemplo las grandes obras públicas, como las carreteras, que necesitan para su construcción, atravesar innumerables terrenos privados. Aquí se justifica la existencia del estado en la necesidad de expropiar parte de todos esos terrenos porque en caso contrario, su construcción sería imposible, dado que los constructores tendrían que lograr comprar partes de innumerables terrenos privados, todos pertenecientes a distintos propietarios.

Pero si la existencia de la fragmentación de las tierras privadas en ausencia del estado no permite la construcción de grandes infrastructuras públicas ¿por qué entonces los defensores del estado también nos dicen por otro lado que sin él habría concentración de tierras en pocas manos y que el estado es necesario para ponerle límites a las grandes corporaciones, como las mineras del video, y sus gigantescos proyectos?

¿En qué quedamos? ¿en ausencia del estado las tierras se fragmentarían? ¿o se concentrarían en pocas manos?

Lo cierto es que, sin la intervención del estado y bajo un régimen de propiedad privada bien entendida, la posesión de tierras estaría mucho más fragmentada que como lo está ahora. Y sin embargo, al mismo tiempo no se imposibilitaría la construcción de grandes infrastructuras, y la construcción de grandes proyectos contaminantes y destructivos se vería fuertemente inhibida.

Es un hecho que el estado en la actualidad expropia terrenos privados todo el tiempo para la construcción de grandes obras, públicas o privadas (en cualquier caso, justificado en el intangible y relativo interés nacional) con lo cual es claro que la acción del estado no es para evitar la concentración de tierras sino los costos adicionales que impone la fragmentación, aumentando así las ganancias de las empresas contratistas, que no necesitan pagar a los propietarios el precio que ellos exigirían. En ocasiones el estado paga un precio a los propietarios por la porción de terreno necesaria. Pero esto es impuesto a la fuerza, y además al precio que el estado quiere, y que dice que es el de mercado. Lo cual es totalmente falso, porque los precios de mercado se forman mediante intercambio voluntario, no mediante la coerción y el cálculo de los precios que hace el propio estado. Además esos precios se basan en la oferta y demanda existente sin considerar el proyecto, cuando es claro que, si la idea es la construcción de una infrastructura que deja muchas ganancias, los propietarios pedirían un precio mayor, con lo cual se distribuiría entre muchas personas las ganancias que en la práctica se llevan enteramente las contratistas gracias a la acción del estado. Y si tales obras no dejaran ganancias, entonces es porque no son importantes. Pues si fuera cierto que una infrastructura es importante para el desarrollo de una región o país, es porque hay una gran demanda para su usufructuo. Y donde hay gran demanda y escasa oferta, hay grandes ganancias.

Además, el estado es la gran causa de la concentración de tierras y del uso productivo excesivo de la tierra --afectando a su vez al medio ambiente-- al imponer impuestos sobre la propiedad de la tierra que obligan a ser usados para la producción, o al imponer impuestos sobre la producción agropecuaria o minera que obliga a los productores marginales, es decir, los pequeños, a vender sus tierras a grandes productores y propietarios que pueden afrontarlos.

Los defensores del estado y, curiosamente, el mutualismo (una aberración intelectual que intenta compatibilizar las leyes de la acción humana con la moral socialista), entienden que la especulación con el precio de las tierras es inmoral. Sin embargo, la especulación con precios mayores en el futuro cumple un rol fundamental en la asignación de recursos. Si en el futuro los precios de la tierra van a ser mayores, es porque en el futuro va a haber mayor escasez relativa. Y si esto es así, la acción del especulador permite que el recurso en cuestión sea ahorrado en el presente, cuando se necesita menos, para el futuro, cuando se necesita más, evitando la sobreexplotación presente, es decir, ahorrando el consumo de recursos naturales --lo cual es beneficioso para el medio ambiente--, y encareciendo en el presente los precios de los productos derivados, limitando el consumismo, que a su vez es espoleado por la constante expansión monetaria a la que estamos sujetos desde los gobiernos.

Se suele atribuir el consumismo al liberalismo económico. Y sin embargo, vemos cómo es el propio estado, y no la libertad económica, la que constamente hace que consumamos más allá de la capacidad productiva y la estructura de recursos disponibles, lo cual es a su vez la gran causa de las crisis económicas modernas. De hecho bajo un verdadero liberalismo económico, y no el que de un lado y del otro presentan como tal, el consumismo se vería fuertemente inhibido y como contrapartida, el ahorro, fuertemente incentivado, dado que los precios y las tasas de interés serían más altas, reflejando de forma correcta la real estructura de oferta y demanda de bienes y de recursos de capital.

¿o acaso no son los propios gobiernos, de una y otra hinchada, los que arremeten contra lo que consideran "precios altos" y "tasas altas de interés" imponiendo toda clase de controles de precios y manipulación legislativa o monetaria de las tasas de interés?

Otro mecanismo con que el estado espolea el consumo y desincentiva el ahorro es la seguridad social estatal. Se suele argumentar que la seguridad social debe ser estatal porque garantiza mayor rentabilidad, dado que a los privados sólo les interesa obtener ganancias. Totalmente falaz, puesto que por un lado, la libre competencia en la seguridad social presiona las ganancias de las empresas a la baja. Pero además, y unido al tema en discusión, las rentabilidades en un régimen de libre competencia reflejan la verdadera rentabilidad que el ahorro individual genera, y las propias empresas están interesados en aumentar tal rentabilidad para obtener las mayores ganancias posibles y atraer más clientes, mientras que los sistemas públicos o privados regulados --y lo demuestran los hechos-- entran constantemente en crisis cada vez más graves porque la rentabilidad real es muy inferior a la que prometen, pues parte de los ahorros previsionales se dirigen a costear los ineficientes servicios del estado o a inversiones de poca o nula rentabilidad --pero denominados de interés nacional o social--, con lo cual al final el sistema termina siendo financiado con más impuestos a toda la sociedad, incluyendo a las propias jubilaciones. Es decir, las generaciones actuales se vieron beneficiadas de un mayor poder de consumo dado que el estado les alivió la necesidad de ahorrar tanto. Pero eso no es gratis, porque es a costa del ahorro y consumo de las generaciones futuras, que son las que sufren la crisis.

El desarrollo económico proviene del ahorro, no del consumo. El consumo racional en su estructura temporal es el objetivo del ahorro. El consumismo keynesiano lo destruye. Uno ahorra para poder producir más o consumir en el futuro, o asegurarse frente a la imprevisibilidad de éste último. Cualquier cosa que haga el estado para aliviar la necesidad de ahorro y así multiplicar el consumo presente, no es más que un engaño a costa del ahorro y al precio de crisis económicas futuras, disparadas por cualquier evento imprevisto. ¡Pero qué bueno es que un gobierno nos dé todo lo que necesitamos ahora y que luego otros se hagan cargo!

En cuanto a proyectos como el del video, con grandes consecuencias para la salud de seres vivos, incluyendo el hombre, y la calidad de aguas y tierras, que no se limitan al lugar de la obra sino que se contagian mucho más allá, otra vez el estado es el principal culpable, dado que su constante ataque a la institución de la propiedad privada ha deformado su verdadera esencia al punto que en la actualidad no tenemos un verdadero régimen de propiedad privada, sino de propiedad mixta. Ya hemos descrito arriba cómo se da este fenómeno. De hecho el estado ha sido creado con el propósito de limitar la libertad individual y la propiedad privada.

Bajo un genuino régimen de protección de la propiedad privada, las consecuencias sufridas por tierras privadas aledañas debido a la contaminación de tierras y reservas acuíferas son sancionadas como cualquier delito contra la propiedad privada o la integridad de las personas, con lo cual, al contrario de lo que se concluye en ese video, lo que se necesita no es una nueva ley contra nada, sino eliminar el enorme cúmulo de leyes que dan al estado la potestad de violar una y otra vez la propiedad privada al arbitrio del gobernante de turno. Desde el momento en que se permite la violación de la propiedad privada con la excusa del "interés nacional", se abre la puerta hacia toda clase de vejaciones al individuo y su propiedad, directamente desde el estado, o desde terceros, pero contempladas por él. En esto no hay medias tintas. La solución no es entonces darle más poder al estado, sino quitárselo.

Con todo esto no digo que sin estado se eliminaría de un plumazo toda la contaminación y el desgaste del medio ambiente provocado por el hombre. El hombre va a seguir existiendo, y va a seguir contaminando y explotando recursos naturales para su supervivencia y más. Toda actividad humana contamina, de eso no podemos escapar. El que quiera contaminación y explotación cero, que predique la desaparición del ser humano, y que se suicide o vuelva él mismo a vivir como los animales, rechazando consumir o utilizar todo producto de la civilización humana.

Pero ciertamente que sin la intervención del estado en precios, tasas de interés y propiedad privada, los costos de contaminar y sobreexplotar los recursos más escasos serían muy superiores para quién lo hace, y de esta forma entonces se verían inhibidos, junto con el consumo excesivo y la asignación de recursos escasos hacia proyectos que finalmente fracasan como consecuencia de una falsificación de las estructuras de precios y tasas de interés provocadas por la manipulación monetaria. Además, bajo un libre mercado de bienes y capital, cuanto más escaso es un recurso, mayor es su precio. Y esto favorece la conservación de espacios naturales y el uso más racional de los recursos.

Por otro lado, nada evita que los individuos se asocien para costear la conservación de muchos de estos espacios o incluso explotar el turismo ecológico. Excepto, otra vez, la presencia de un estado que impuestos mediante, expropia recursos individuales que pueden ser dirigidos voluntariamente hacia tal protección. Por ejemplo, si yo pudiera elegir en qué destinar lo que el estado me roba, lo dirigiría en gran medida a la conservación. Y sin embargo, la casi totalidad del dinero que me expropian (cerca de la mitad de lo que gano, entre impuestos a los sueldos, impuestos al consumo, y tarifas públicas monopólicas) se utiliza para costear enormes e ineficientes estructuras burocráticas, el salario de inútiles trabajadores públicos y políticos, el subsidio y la protección de empresas estatales y privadas ineficientes, el gigantesco aparato de clientelismo político y los propios mecanismos de coerción con el cual nos imponen todo eso, nos expropian el producto de nuestro trabajo y nuestra propiedad privada.

10 comments:

  1. El medio ambiente es muy importante.
    Voy guardando un lugarcito en este post para comentar lo que me surja el martes. Yo creo que esta vez la comen, que querés que te diga.

    ReplyDelete
  2. jaja no se che, en el 86 a argentina la ayudó la mano de dios en cuartos, y terminaron siendo campeones. Y el viernes la mano de dios ayudó a uruguay :P

    el fútbol tiene su propias leyes místicas :D

    ReplyDelete
  3. Bueno jugaron muy bien igual. Nada de comerla ni imposible. Se le plantaron inteligentemente y corrieron todas las pelotas como si fueran las últimas. No podían ni salir del arco los holandeses. Estaban para ganar este partido y hasta el campeonato.
    No se desmoralizaron con el golazo de van brockhorst, y hasta lo contestaron con la misma moneda (aunque el de Gio fue mejor ;)
    En el segundo tiempo se abrió tanto el partido que Holanda aprovechó una ráfaga para liquidarlo, o eso creyeron, porque el resultado seguía abierto.

    Allá todos se llaman Gargano, Pereira y Fernández y Silva?

    ReplyDelete
  4. jaja, si, la verdad que por ese lado deja contento la selección, porque jugó muy buen partido contra el más difícil que tuvo uruguay en el campeonato. De hecho para mí fue el mejor partido que jugó.

    No se dió, lástima. Pero esta selección demostró que tenía con qué ganarles.

    ReplyDelete
  5. Lobo, con respecto al ultimo parrafo, hace un tiempo me puse a pensar lo que me quedaria de salario si descuento todos los impuestos. Hice unas cuentas "en el aire". En descuentos de salario nominal me sacan aprox. 30%, ademas los aportes patronales que es algo que estoy dejando de ganar 7,5% creo (=37,5%). Despues, suponiendo que consumo el resto, IVA 22% de 62% restante da algo como 12% (=50%). A eso sumale otro tanto de tarifas monopolicas de empresas publicas por encima del precio de libre competencia, ponele 10% (=60%). A eso agregale los impuestos a importaciones, ponele 10% (=70%). Me quedaria disponible con intervencion algo entre 20%-30% del ingreso potencial con suerte y viento a favor. Se que el analisis es agarrado de los pelos pero es de locos!

    ReplyDelete
  6. me olvide de incluir el impuesto inflacionario! Y seguramente me olvide de otros robos...

    ReplyDelete
  7. Lobo, el tema de la justificacion de la propiedad privada de los recursos naturales por parte de la escuela austriaca no me convence todavia ya que se basa en una coercion inicial implicita. Si en algun post futuro podes hablar sobre esto estaria bueno.

    ReplyDelete
  8. nacho,

    qué significa exactamente eso de que "la propiedad privada se basa en una coerción inicial implícita"?

    Por otro lado, la escuela austríaca estrictamente hablando no justifica nada, lo que hace es deducir consecuencias.

    ReplyDelete
  9. Muy bueno el articulo como siempre. Agrego un par de ejemplos evidentes que estan en el tapete, pero siempre vistos desde la perspectiva estatista. Uno es el de las aerolineas, se repite todo el dia (al menos en Europa) de que es necesario viajar menos, y ser responsable, etc porque los aviones contaminan. Creo que la unica aerolinea europea que no esta subvencionada es ryan air. No es necesario ser un genio para darse cuenta de que si no fuera por la activa intervencion del estado, los precios de los pasajes serian mucho mas altos y habria menos vuelos.

    El otro ejemplo, es el de las empresas automovilisticas. Mas alla de los versos de los gobiernos y su propaganda verde, la industria automovilistica recibio enormes subvenciones. Pero despues te dicen que andes en bici.

    ReplyDelete
  10. Y es que la intervención del estado hace eso: más caro lo que debería ser más barato (por medio de impuestos y proteccionismo aduanero), y más barato lo que debería ser más caro (por medio de subvenciones), alterando toda la estructura de precios con todas las consecuencias descritas (esencialmente, la ineficiente asignación de los recursos)

    ReplyDelete