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Saturday, September 15, 2012

Democracia y golpismo contra la libertad

«Cuando la gente le teme al gobierno, hay tiranía. Cuando el gobierno le teme a la gente, hay libertad» Thomas Jefferson
 
Del diccionario de la RAE:

dictador, ra.

(Del lat. dictatōre[m]).
1. m. y f. En la época moderna, persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos extraordinarios y los ejerce sin limitación jurídica.
2. m. y f. Persona que abusa de su autoridad o trata con dureza a los demás.
3. m. Entre los antiguos romanos, magistrado supremo y temporal que uno de los cónsules nombraba por acuerdo del Senado en tiempos de peligro para la república, confiriéndole poderes extraordinarios.

tirano, na.

(Del lat. tyrannus, y este del gr. τύραννος).
1. adj. Dicho de una persona: Que obtiene contra derecho el gobierno de un Estado, especialmente si lo rige sin justicia y a medida de su voluntad. U. t. c. s.
2. adj. Dicho de una persona: Que abusa de su poder, superioridad o fuerza en cualquier concepto o materia, y también simplemente del que impone ese poder y superioridad en grado extraordinario. U. t. c. s.

Si algo parece haberse "aprendido" de la dictadura de los 70 en nuestro continente, es que el opuesto de dictadura es democracia, y que la democracia es el valor máximo al que debe aspirar una sociedad. Irónicamente, esto demuestra que aquellos que constantemente apelan a la "memoria del pueblo" han olvidado toda la historia de la humanidad previa a ese nefasto período.

La ecuación es extremadamente sencilla: más poder del gobierno va de la mano con menos libertad del individuo, y viceversa. Esto se ha entendido así desde siempre. Los romanos acuñaron el término dictador para referirse a un gobernante con poderes extraordinarios, y dictadura para referirse a su gobierno. Y se ha usado propiamente y sin complejos por dictadores apoyados por las mayorías, como Hitler o Mussolini, para referirse a ellos mismos y a su régimen político, o en la teoría marxista, en el caso de la dictadura del proletariado: una dictadura impuesta por las grandes masas mayoritarias de la clase obrera.

Desde siempre el concepto de dictadura ha sido el opuesto del de libertad, y sinónimo de orden y control extraordinarios e ilimitados sobre la sociedad. Pero a partir del momento histórico referido, el término se ha distorsionado para referirse no a un gobierno con poderes extraordinarios sino a un gobierno que llegó al poder a la fuerza, es decir, lo opuesto a democracia. Pero si uno comete el pecado de definirlo en su sentido original, te responden que lo estás distorsionando.

Esta distorsión, olvido o desaprendizaje ha venido de la mano de otra gran confusión, la de que el valor máximo a ser respetado por la sociedad ha de ser la democracia, es decir un gobierno elegido por las mayorías en las urnas. Y más recientemente, se ha reforzado la legitimidad de esa clase de gobierno, con más armamento lingüístico como el término golpista para referirse a cualquiera que atente contra la institución de un gobierno tal.

El desaprendizaje de la experiencia histórica humana ha llegado a un grado tal en que incluso destituir a un presidente elegido por las urnas es un golpe de estado que merece ser condenado por todos. Es decir, se ha radicalizado a tal punto en que es cada vez más común que ya no sólo un gobierno democrático es la máxima e inviolable institución, sino que ahora parece que el gobierno democrático consiste en una única institución: la figura del presidente.

El gran problema con esta perspectiva política, que muchos falsamente atribuyen a "los libros de ciencia política" (como si además, uno no debiera permitirse la libertad de pensar por sí mismo, ¡gran pecado!), es que olvida que en una sociedad hay muchas otras instituciones legítimas, instituciones que reciben nuevos golpes y violaciones todos los días, del gobierno que se considera legítimo y valor máximo e inviolable.

Las instituciones cambian, evolucionan, aparecen y desaparecen todo el tiempo a lo largo de la historia. Si vamos a llamar golpista a quienes dejamos de respetar unas, también llamemos golpistas a quienes violentan otras día tras día. Golpistas entonces también fueron los que se atrevieron a declarar la independencia de la corona española, o aquellos que se atrevieron a rebelarse contra las monarquías para establecer un sitema republicano, y en general, cualquiera que se atreve a dejar sin efecto cualquier otra institución social o a violentar el orden social establecido previamente.

Y golpistas son los gobiernos que cada día te quitan una nueva libertad o te imponen una nueva obligación.

Se ha instalado entonces y reforzado la idea de que un gobierno elegido por las mayorías es el valor máximo e inviolable de la sociedad, y que cualquiera que se atreva a decir lo contrario es golpista. Y que si querés cambiar la sociedad, entonces hacelo de la forma correcta: formá un partido y obtené la mayoría para a su vez imponer tu gobierno a tu manera. Si no, no jodas. Este gobierno fue votado por la mayoría y te lo tenés que bancar.

Por supuesto, un sinsentido de proporciones gigantescas para quienes el valor máximo no es el gobierno, sino la libertad. Si un gobierno se ha instalado no para defender la libertad, sino para imponer cada día nuevas restricciones a ella, es decir, para faltarle el respeto a los individuos, ¿tiene derecho a esperar respeto de ellos, y que se considere impune e inmune para hacer lo que se le antoja?

Es decir ¿somos golpistas quienes no queremos un gobierno que nos pisotee las libertades, pero no lo son los gobiernos que pisotean las libertades y los ciudadanos que apoyan ese pisoteo? ¿Los individuos debemos respetar y tolerar aquello que no nos respeta ni nos tolera como tales?

¿Quién es el gobierno y todos los ciudadanos que lo apoyan, para exigir respeto y tolerancia hacia su acción diaria contra cada uno de nosotros y nuestra libertad? La lógica del tirano es la lógica de que si querés libertad, tenés que ganar en las urnas. Es la lógica de que el gobierno está por encima de todo y hay que temerle, aunque sea un poquito. Apartate de esa lógica. Perdé el miedo. Defendé tu libertad.

«El espíritu de resistencia al gobierno es tan valioso en ciertas ocasiones que deseo que siempre sea mantenido con vida.» Thomas Jefferson

4 comments:

  1. "Every man the least conversant in Roman story knows how often that republic was obliged to take refuge in the absolute power of a single man, under the formidable title of dictator, as well against the intrigues of ambitious individuals, who aspired to the tyranny, and the seditions of whole classes of the community, whose conduct threatened the existence of all government"
    Alexander Hamilton, 1788


    Efectivamente, estas distorsionando conceptos e historia.
    Como los romanos y el padre fundador Hamilton sabian, y hasta los mas ignorantes deberian saber, el Dictador supo ser una herramienta contra la tirania, contra los "ambitious individuals" de inconfesables intenciones y contra la sedicion.
    Un dictador era menos peligroso que un individuo ambicioso o sedicioso.
    Con el paso de los siglos y gracias a la experiencia historica que van recogiendo los pueblos, se sabe que no hacen falta dictadores para conseguir una republica estable. Apenas con una institucion con ciertas y determinadas atribuciones, cuya titularidad se define por elecciones por tiempo limitado, basta para alcanzar un equilibrio razonable entre libertad y gobiernos viables.

    Lo que no cambió, aun con el paso de siglos y siglos y siglos y siglos, fue el peligro mayor: el individuo de inconfesables intenciones que actua contra toda forma de gobierno, que tiene la sedicion como herramienta y la tirania como fin, sin importar la naturaleza o forma que adopte esta.

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  2. Ahhh mira vos, venís acá a decir que es bueno tener dictadores y que es malo buscar ser libre de toda tiranía, porque el ser humano libre es un peligro y el dictador está para limitar ese peligro, y a eso lo llamás conceptos verdaderos e historia verdadera.

    Todos los tiranos y obsecuentes siempre explican cosas parecidas.

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  3. Y para dar ejemplos de padres fundadores, mejor usá a Jefferson. Le daba cien vueltas al aspirante a tirano de Hamilton.

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  4. Y si todo lo que aprendiste de la historia es que un individuo cualquiera es mucho más peligroso que un dictador, que también es un individuo, pero que tiene todo el poder de dictar leyes, más el poder de controlar la justicia y el monopolio de la fuerza con el objeto de imponer su ley, yo diría que aprendiste mal la lección, o te engañaron.

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