Liberalismo en América Latina: países de mayor riesgo. Inestabilidad en Ecuador.

Sin importar si el intento de desestabilización en Ecuador fue verdadero o fue un show montado por el gobierno aprovechando el levantamiento policial, como algunos detalles recientes acerca de los hechos ocurridos parecen sugerir, el problema de fondo no fue esta situación, sino que es la ausencia de límites al poder y su cada vez mayor concentración, lo que hace de países como Ecuador muy susceptibles a estos fenómenos.

Sin frenos y contrapesos sobre el poder, habrá cada vez más conflictos sociales y cada vez más intereses particulares interesados en la toma del poder para aplastar al enemigo político y conseguir fines sectoriales. Ese es el origen último de la inestabilidad de Ecuador, y si bien Correa tal vez fue una víctima de este episodio particular, es sin embargo copartícipe y corresponsable de la lógica política que condujo a él, la misma que sufren países como Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Argentina.

Por supuesto, los despotismos populistas mencionados no son los fundadores de esta lógica, sino su consecuencia. Esta lógica ya estaba instalada desde mucho antes, y es parte del acervo cultural político que también hizo posibles los despotismos oligárquicos y de derecha que les precedieron.

Observar en nuestra tabla de libertad económica e independencia judicial, qué lugar ocupan los mencionados países: posición 116 hacia abajo. Otro país en gran riesgo es Paraguay, en medio del grupo referido. ¿será el próximo en caer en alguna forma de dictadura populista?

El primer país latinoamericano que aparece, si recorremos la tabla hacia arriba a partir de este grupo de las peores calificaciones, es... Honduras. Posicion 87, situación mejor pero aún precaria, 1.2 puntos por encima de Argentina. Muy cerca, en la posición 82, tenemos a Perú, que deberá trabajar mucho en sus frenos y contrapesos institucionales si pretende que sus reformas económicas sean exitosas más allá de ciertos números macroeconómicos.

La libertad económica no es completa sin igualdad y seguridad jurídicas sobre la vida y la propiedad de TODOS los individuos. En las circunstancias actuales, bien podrían las reformas estar orientadas a liberar ciertos mercados tan sólo para algunos actores privilegiados. Además, sin seguridad jurídica la oferta de capital es escasa en términos relativos, lo que se traduce en que el nivel de inversión se sostiene fundamentalmente a través de salarios bajos y ausencia de inversiones marginales y de bajo retorno, lo cual concentra el capital en unos pocos inversores con fuertes márgenes de ganancia en un entorno de escasa competencia.

Por otro lado, en estas condiciones la mayor libertad económica no es más que una actitud más permisiva del gobierno de turno, que puede cambiar fácilmente de dirección ante las primeras dificultades y poner de manifiesto la precariedad de los sistemas de defensa de la sociedad frente a un giro autoritario en el espacio político. Fenómenos recientes como Fujimori ponen de manifiesto esta precariedad en el caso de Perú.