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Wednesday, November 03, 2010

Ley de Caducidad y doble discurso

En octubre del 2009, previo al plebiscito sobre la ley de caducidad, argumenté la inconveniencia de votar por su anulación (ver mi artículo sobre el caso). La razón es sencilla: ya la suprema corte de justicia había declarado inconstitucional la ley para un caso, y con este hecho se había establecido el precedente que permitiría continuar este camino para resoluciones similares para otros casos, y este nuevo escenario era mucho más favorable para la defensa de los derechos individuales que la anulación plebiscitaria, porque votar la anulación implicaría legitimar el mecanismo por el cual se promulgó la ley en primer lugar, y a través del cual una mayoría le impone a una minoría su concepto de justicia. Si la ley era anulada, se perdía además la oportunidad de mostrar lo necesario que es ponerle límites a lo que opina la mayoría, y lo importante que es que exista una institución que lo haga.

Y es que el poder judicial existe precisamente para eso: para defender a los individuos de los abusos del poder, incluyendo evitar que la democracia se convierta en una dictadura de mayorías.

Sin embargo, en este blog y en otros ámbitos de discusión, algunos comentaristas de pensamiento binario y estrecho margen intelectual, y sobre todo porque en el mencionado artículo me atreví a mencionar a la hipocresía del pensamiento de izquierda, y sin mediar un mínimo esfuerzo de comprensión sobre los fenómenos jurídicos e institucionales involucrados, me acusaron de defender dictaduras y de estar a favor de la ley de caducidad de los crímenes de estado.

Es que, cuando se pone en evidencia el doble discurso, la falacia del hombre de paja viene como anillo al dedo para escapar del aprieto lógico (para esa lógica binaria, si no sos de izquierda, sos de derecha y defensor de dictaduras de derecha. Quedan bastante desconcertados cuando tienen que discutir con alguien que a diferencia de ellos, no defiende ninguna clase de dictadura, y no es ni de derecha ni de izquierda, con lo cual tienen que inventarse un personaje falso contra el cual argumentar)

Pues bien, varios meses después, no sólo resulta que tuve razón en aquel momento, sino que el hecho de que no se haya anulado la ley llevó al propio partido de izquierda a buscar eliminar la ley desde el parlamento, doblando la apuesta en cuanto a la discusión sobre la legitimidad del voto de la mayoría.

Hace unos meses la Suprema Corte de Justicia declaró la inconstitucionalidad de la ley para un nuevo caso, y ayer lo hizo para veinte nuevos casos. Y así va a seguir haciéndolo en el futuro para más casos. ¿Era necesario entonces, para inhabilitar la ley, legitimar una vez más el proceso por el cual las mayorías imponen su justicia a las minorías?

Pero lo curioso es que, y a pesar de esto, el Frente Amplio y la izquierda en general está embarcada en una campaña para anular la ley desde el parlamento, en contra de lo que la ciudadanía, de forma directa, votó en el plebiscito, lo cual profundiza aún más el doble discurso. Pues con esto están nada más y nada menos que admitiendo que las mayorías no tienen derecho a imponer su justicia al resto (si bien se busca cambiar las cosas también mediante una mayoría, esta vez parlamentaria). Y sin embargo ¿cuál es el argumento con que defienden por ejemplo regímenes como el de Chávez? Que fue votado por la mayoría.

No importa que Chávez esté avanzando en la violación de derechos humanos, persiguiendo y encarcelando a opositores, expropiando propiedades y censurando toda opinión contraria a la oficial o toda información inconveniente, bajo la dictatorial excusa de que están mintiendo y manipulando; o prohibibiendo comprar y vender lo que a uno le plazca por fuera del mercado oficial controlado por el gobierno; o aplastando la independencia judicial necesaria para garantizar los derechos individuales. No, nada de eso importa. Pues Chávez fue votado por la mayoría, y por lo tanto puede hacer lo que se le plazca.

¿En qué quedamos? ¿hasta qué punto las mayorías pueden imponer su justicia a las minorías? ¿tan sólo cuando se trata de asesinatos*? ¿es acaso el único derecho humano que reconoce la ideología de izquierda, el no ser asesinado? ¿qué hay de la libertad política, la libertad de opinión, la libertad de expresión o simplemente la libertad de comprar y vender lo que a uno le plazca, y que lo que uno haya comprado sea de su propiedad y no venga un día el gobierno a quitártelo porque así lo impuso la mayoría? ¿O será que la mayoría tiene razón y hay que respetarla cuando vota a la izquierda, pero está equivocada y hay que contradecirla cuando no lo hace? ¿será que los derechos humanos de unos valen más que los de otros?

En fin, la izquierda uruguaya, a pesar de ese doble discurso, ha dado un gran paso hacia el descubrimiento de una gran idea que los liberales hace ya varios siglos hemos descubierto y venimos defendiendo: que las mayorías no tienen derecho a imponer su justicia a las minorías.

Ojalá la gente de izquierda tenga algún día la valentía de aceptar todas las implicancias lógicas de esta idea y comience a cuestionarse la legitimidad de ciertos procesos políticos dictatoriales que hoy aplauden y defienden con la más absoluta e irracional fé.

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[*] Si bien, en muchos casos, ni siquiera eso. La izquierda también tiene muchos verdugos entre sus ídolos.

5 comments:

  1. agrupar a la izquierda uruguaya en un todo a favor de chavez me parece el mismo ejercicio lógico que el usado en la lógica binaria de "si no sos de izquierda defendes dictaduras de derecha", solo un detalle

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  2. No es un ejercicio lógico, sino la constatación de un hecho.

    Si en la izquierda recién ahora empiezan a aparecer ciertas voces críticas, pero muy tímidas, hacia la dictadura de Castro...

    Aún no he escuchado voces críticas hacia el régimen de Chávez desde la izquierda. Y si hay, no tienen la valentía de expresarlo de forma pública.

    Al único que he escuchado decir algo mínimamente crítico hacia Chávez, pero ni siquiera en términos del proceso de destrucción democrática que sufre Venezuela, fue a Mujica, en un famoso libro que fue publicado en plena campaña, y luego censurado por la izquierda (censuraron también a Mujica)

    Si hay gente de izquierda que realmente cuestiona a Chávez por su desprecio de la democracia, no la conozco.

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  3. pero estás hablando solo de la clase política para el asunto chávez y de la izquierda a secas para la anulación de la ley? cuando fue la mayoría de la clase política de la izquierda que no apoyó la anulación? demasiado poco, no es la idea cambiar tu parecer, pero si es así es un análisis un poco vago, saludos

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  4. Estoy hablando de la izquierda a secas. Ciertamente la clase política es muy representativa, pero como dije al final del comentario, no he escuchado a gente de izquierda
    (ni siquiera conocidos, y mirá que estoy absolutamente rodeado de ellos) cuestionar a Chávez por su desprecio a la democracia. En algunos casos, algo logré que digan cuando yo discuto con ellos del tema.

    Pero entre ellos hay un código de silencio al respecto.

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  5. Entre ellos, y en público.

    No se los escucha hablar contra Chávez o contra Castro como lo hacen contra la dictadura de los 70.

    Si lo piensan, lo esconden. Por eso hablé en el post no sólo de la forma de pensar de la izquierda, sino de la valentía que les falta para hablar.

    En bloque, si en la izquierda hay alguien que no los apoyan, al menos son cómplices por mantenerse callados.

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