El estatismo acusa al mercado de precios altos y con ello justifica los controles de precios. Acusa al mercado de precios bajos, los llama competencia desleal y con ello justifica el proteccionismo. Acusa de monopolios a empresas masivamente elegidas por los consumidores aunque éstos puedan elegir otras, y con ello justifica el ataque a empresas exitosas, pero no tiene ningún reparo en defender monopolios públicos dónde nadie tiene opción de elegir otra cosa, al mismo tiempo que protege, subsidia y rescata grandes empresas con poder de lobby en el gobierno. Acusa al libre mercado de producir demasiado, o lo acusa de producir poco.
Es que toda excusa vale para el socialismo con el objeto de controlar la vida de los individuos. El socialismo se fundamenta en el desprecio a la libertad del individuo y la necesidad de controlarlo a su arbitrio. Pero para ello no puede permitir individuos económicamente independientes, pues la independencia económica engendra el resto de las libertades. Por eso, en fin, todo socialismo necesita eliminar la libertad económica: el libre emprendimiento, la libertad de consumo y la libre competencia, y que todos los individuos sean empleados y consumidores del gran monopolio del gobierno. Con eso se aseguran la destrucción de todas las demás libertades.
No existe tal cosa como la evolución dialéctica de los modos de
producción. Es un invento marxista como la teoría de la explotación
(refutada de forma sencilla e intuitiva en mi anterior artículo).
Lo que existe es más libertad o menos libertad. El desarrollo de la tan
denostada burguesía comenzó a crear individuos independientes del poder
político, y por lo tanto, más libres en todo sentido, que comenzaron a
amenazar y derribar las estructuras políticas existentes. El marxismo tan sólo predicó una vuelta atrás,
una vuelta a la sumisión del individuo al poder político, y sólo
simbólicamente diferente a las monarquías absolutas. No es casualidad
que los socialismos más duraderos hayan devenido en sucesiones de
carácter monárquico. Es la manera natural de solidificar una sociedad
totalitaria.
Por supuesto, el poder económico que logran algunos en el mercado, lo utilizan para influenciar en el gobierno a su favor y protegerse de la competencia o favorecerse de subsidios y rescates financieros. Y por eso nos dicen que se necesita más regulación para limitar ese poder. Pero ¿no es acaso el gobierno mismo el medio a
través del cual ejercen dicho poder? ¿De qué le serviría a un individuo económicamente poderoso infiltrarse
en la estructura de gobierno si éste no le sirviera para controlar a la
sociedad y proteger su estatus económico de la competencia? ¿Y de dónde proviene ese poder del gobierno sino del que todos los días le damos voluntariamente para que "nos proteja"? Las corporaciones se vuelven
poderosas y controlan todas las estructuras del gobierno, nos dicen. ¿Y
cuál es su solución? Un gobierno que controle más, nos dicen. ¿La
solución a dicho poder, es aún más poder?
El pensamiento estatista, ingenuo o a sabiendas, dependiendo del caso, da vuelta con esto la relación causa efecto. Más poder al gobierno lo único que hace es dar más poder a quienes lo controlan. Y esto también es cierto por más populistas y demagógicos que sean los discursos que utilicen para adquirir ese poder. Por algo, la propuesta de estos últimos es que seas económicamente dependiente de ellos, que no tengas derecho a emprender, ni a consumir lo que quieras, ni a comerciar con quien quieras, ni que nadie te contrate excepto el gobierno (a lo primero lo llaman explotación, a lo segundo no, aunque ganes mucho menos y no tengas opción de cambiar de cliente). Y te convencen asegurándote que si te sometes, no vas a tener necesidad de trabajar para sobrevivir: ellos te darán lo que necesitas. Claro que, a medida que cada vez más personas dejen de producir porque no necesitan trabajar o porque están cansados de producir sin recibir nada a cambio, cada vez quedan menos a quienes quitarles y por tanto menos para repartir las dádivas. Y ahí se acabó el socialismo, de la forma que se acabó siempre. Y sólo queda una estructura de poder con una casta de burócratas poderosos que controlan todo y que gozan de todos los privilegios, y una población empobrecida, sin independencia económica, sin los medios para enfrentarse a los primeros y lograr su libertad.
«Los hombres libres actúan a través del mercado; los represores a través del Estado» Juan Ramón Rallo
Economía, Finanzas, Teoría del Derecho, Teoría del Estado, el Anarquismo y las instituciones, Método y Medio Ambiente. Desde la metodología económica de la escuela austríaca y una perspectiva ética libertaria.
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Friday, August 02, 2013
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Esto es lo que esta pasando hoy en Uruguay, me gustó el post, muy bueno
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